FELIPE SOLÁ "Vamos a mandar a los más fieros a cuidar nuestros votos"  El candidato a gobernador bonaerense adelantó la estrategia del massismo para fiscalizar la elección. Felipe Solá se disculpa por llegar tarde. Acaba de aprovechar un breve tiempo libre para hacer ejercicio. Mientras los técnicos acomodan las cámaras, cuenta a los periodistas de Infobae sobre los 400 abdominales que hizo más temprano. Describe posiciones y técnicas para trabajar no sólo los músculos centrales, sino también los inferiores y laterales.
Las últimas semanas lo obligaron a abandonar el entrenamiento casi por completo. Los tiempos de una campaña son siempre complicados. Sobre todo cuando se es el último candidato en haberse lanzado a la carrera por la gobernación bonaerense. El 1º de abril, cuando en el massismo aún había cinco postulantes al puesto, había anunciado que bajaba su candidatura. El 20 de junio, cuando las listas cerraban y el Frente Renovador no tenía nombres potables para el cargo, volvió a retomarla.
"Me bajé porque hacía falta potencia para subir. Potencia quiere decir financiamiento. No era que yo punteaba y me bajé. No punteaba. Pero, cuando se quedaron sin ningún candidato, vinieron todos a pedírmelo y yo dije: 'Bueno, si todos van a poner fuerza, entonces sí voy'", recordó.
El dinero que en ese entonces no tenía asegura que hoy está gracias a que es el único postulante del Frente Renovador. Alcanza, pero no es suficiente: la pelea con el Frente para la Victoria y el PRO es "absolutamente desigual". "Competimos contra Daniel Scioli y Mauricio Macri. Ambos tienen una enorme cantidad de publicidad solamente con hacer actos de Gobierno y ahí pueden decir lo que quieren. Tenemos una ridícula ley electoral hecha por quienes tienen el poder y piensan que van a seguir teniéndolo mucho tiempo", protesta.
-¿Cómo se equilibra esa ley? -Con otra ley.
-¿Y hoy cómo se hace? -Con huevo.
El difícil arte de fiscalizar una elección
Cuando un candidato asoma con chances de ganar, los más experimentados hacen siempre la misma pregunta: ¿tiene los fiscales necesarios para cuidar sus votos? Robo de boletas, muertos que votan y urnas que desaparecen o son rellenadas son apenas algunas de las ya incontables picardías que circulan entre comités y unidades básicas, siempre a mitad de camino entre el mito y la verdad.
Viejo conocedor de la política bonaerense, Solá cuenta que la jugada más habitual es el robo de papeletas: "Entra el tipo flaco al cuarto oscuro y sale gordo por todas las boletas que no quiere que haya. Los fiscales tienen que entrar permanentemente a revisar, lo que te genera otro problema: ¿cuántos juegos de boletas tenés que tener?". "No tenemos el sistema que tenemos porque sí. Lo tenemos porque le conviene al puntero y al que quiere afanar", sentencia.
"EN EL GRAN BUENOS AIRES ENTRÓ MENOS DROGA QUE EN ROSARIO POR LOS BARONES DEL CONURBANO"
Advierte también sobre un punto que puede pasar desapercibido para los neófitos: la diferencia entre contar los votos de día o de noche. "La elección es en primavera (NdR: se refiere a los comicios presidenciales del 25 de octubre). La diferencia es muy grande, porque cuando cierran las escuelas y hay que contar los votos es de noche. En primavera es de día". El problema serán las PASO, fijadas para el próximo 9 de agosto.
-¿Qué diferencia hace que sea de día o de noche? -El problema son las escuelas que están al fondo del segundo y tercer cordón del Conurbano. En los lugares más lejanos tenés que tener gente que se la banque, porque muchas veces se va la policía y los dejan solos a los fiscales.
-¿Hay que poner el cuerpo? -En algunas escuelas hay que ponerlo, sí.
-¿Tienen garantizados los fiscales para poner el cuerpo? -Si no los tuviéramos, no te lo diría. Pero creo que sí. Vamos a mandar a los más fieros.
Nicolás Stulberg El descampado y el partido de la caja
Solá recuerda que dentro de poco se cumplirán 30 años desde que juró como funcionario de Antonio Cafiero, en aquel momento gobernador bonaerense. Desde entonces fue ministro de Agricultura de la provincia, secretario de Asuntos Agrarios de Carlos Menem, diputado nacional y vicegobernador y gobernador bonaerense. Hasta entonces, su trayectoria fue siempre dentro del Partido Justicialista. O, como él lo denomina, el "partido dominante, el partido de la caja". En 2008, en pleno conflicto del kirchnerismo con los ruralistas por la Resolución 125, dejó el oficialismo para "irse al descampado", según lo define.
-¿Lo sufrió? -Calavera no chilla. Eso te lleva a cometer errores, pero también a curtirte y aprender cosas que desde el Estado no ves.
-Con el diario del lunes, ¿se volvería a ir? -¡Sí! Nunca te quedes en el lugar en el que no quieren que te quedes.
Solá señala también el importante cambio de rumbo que el kirchnerismo tomó en los últimos sesenta días: "El Gobierno pasó de ser muy dogmático a ser hiperpragmático en dos meses. Este es otro Gobierno. No es el de hace dos meses. ¿Qué es eso? Aproximación de las elecciones, la desesperación por ganar –de la cual no los puedo acusar, porque en una elección finalmente todos queremos ganar– y pérdida de poder de Cristina Kirchner. Aceptar a Scioli y limpiarle la interna es una muestra de pérdida de poder. Esta Cristina no es la misma que hace dos meses. Creo que se dio cuenta objetivamente de la pérdida de poder. No estoy diciendo que lo perdió porque es zonza, estoy diciendo que lo perdió porque pasa el tiempo", explica.
"ES ABSOLUTAMENTE MENTIRA QUE MIS REFORMAS HAYAN SIDO GARANTISTAS"
Los barones del Conurbano, la droga y la Policía Bonaerense
Solá reconoce que en el Frente Renovador hubo una importante autocrítica por la partida de nueve intendentes, pero sostiene que su impacto es relativo: "Intendentes no son votos. Son guardianes de un territorio. Cuando reparten la boleta, hacen delivery. Averiguan primero a quién quiere votar la gente y después dicen: 'Yo voy con Massa, yo con Scioli y yo con Macri'. Son gente experta en no trascender políticamente, pero sí permanecer en su puesto cualquier cantidad de años".
-¿Eso es bueno o malo? -Eso es así. Por ejemplo, en Rosario entró la droga mucho más fácil que en Buenos Aires. En el Gran Buenos Aires entró muchísimo, pero en Rosario directamente hacen lo que quieren. ¿Por qué? Porque no hay barones políticos ni punteros. Eso ha hecho que les costara un poco más en el Gran Buenos Aires.
-¿Que haya barones funciona como una suerte de barrera para el ingreso de la droga en el Conurbano? -No alcanza, pero por supuesto. Es un obstáculo. La gente habla de la política y la droga, pero ¿ustedes creen que los intendentes quieren tener la droga metida en sus distritos? En general no. La droga entra igual.
Como cada vez que se habla del delito en la Provincia, la pregunta sobre el rol de la Policía Bonaerense vuelve a surgir. Solá reconoce que las fuerzas de seguridad muchas veces son "parte del problema de la inseguridad". "Están mal pagos, gordos, mal dormidos y haciendo horas adicionales en el día que tienen que descansar porque no les alcanza para llegar a fin de mes. Necesitamos que estén bien pagos, equipados y entrenados. Hay que gastar más. No se trata de más policías, se trata de mejores policías. Mi experiencia de gobernador me dice que un buen policía vale por quince niños salidos de seis meses de entrenamiento que están en la calle con miedo", sostiene.
Nicolás Stulberg La reforma trunca que intentó llevar adelante junto al entonces ministro de Seguridad, León Arslanian, durante su paso por la Gobernación le dejó unas cuantas lecciones, pero aún está seguro que un control férreo sobre la fuerza es la mejor alternativa, acompañada por una mejora en los sueldos, un seguimiento uno a uno de la tarea de los comisarios y la creación de foros de seguridad y centros provinciales para el adicto. Promete además fuertes medidas de control para la venta de bebidas alcohólicas, porque son "la peor droga".
-¿Por qué cree que sus reformas fueron cambiadas o deshechas? -Por presión ideológica alrededor de Scioli, acusando de garantismo a la reforma seria que habíamos llevado adelante y había bajado mucho el delito. Una absoluta mentira. Éramos mucho más duros en nuestro accionar que lo que es un abogado garantista. Se puso a Arslanian bajo el mote de garantista y no es tal.
De regreso a la cuestión de los intendentes, Solá lamenta el "cinismo importante" con el que algunos llegaron y luego se fueron del Frente Renovador. "La fuerza del massismo fueron los intendentes que se unieron para gobernar. Pero tu fuerza es el germen de tu propia debilidad. Es lo que pasó cuando se empezaron a ir", asegura.
-¿Qué pasó para que se fueran? -Esa es una explicación que tienen que dar ustedes los analistas, no yo. Imagínense que en medio de la batalla venga un reportero de guerra y le pregunte a un general por qué ha tenido problemas en el flanco izquierdo. Yo le diría: "Déjeme de joder, estoy peleando".
Martes, 7 de julio de 2015
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