EL PAVIMENTO VOLVIÓ A SOCAVARSE Y ADVIERTEN QUE PODRÍA AGRAVARSE. Se volvió a hundir la avenida Jorge Romero y hay otra cuadra en riesgo  A fallas estructurales en el pluvial que sirve para desaguar a 25 barrios de la ciudad, se suma la irresponsabilidad de vecinos que conectaron sus cloacas al sistema. Para repararlo de manera definitiva habría que levantar el pavimento y hacer todo de nuevo, algo “imposible de financiar”. Estudian una solución “posible” pero más económica. Tras un segundo pozo, hay otros 40 metros frágiles.
Hace cuatro meses parte de la Costanera Sur, en inmediaciones de la rotonda en la cual finaliza el recorrido, unos 100 metros del asfalto se partieron. Y dejaron al descubierto un gran pozo y un problema del cual el Municipio ya se estaba ocupando: las fallas estructurales de uno de los pluviales más importantes de la ciudad.
El entubamiento que había sido instalado hace unos 20 años sirve para recolectar el agua de lluvia de 25 barrios, que concentran una población estimada en 150.000 personas. Un arroyo – el Limita – es conducido por el conducto, construido con chapa galvanizada y que según los técnicos requieren de una intervención para que del desmoronamiento del asfalto que lo cubre no avance. Entre la tarde del martes y la mañana de ayer, un nuevo pozo apareció sobre la arteria vial. La obra de pavimento había sido inaugurada por el Gobierno Provincial hace unos 4 años, luego de haber completado el relleno y elevación del terreno en el cual se erige el asentamiento del Caridi, a la vera del Paraná.
“Los problemas son varios”, explicó a época Daniel Flores, el subsecretario de Infraestructura capitalino. “No está hecho con un material lo suficientemente resistente”, fue la primera de las razones mencionadas. Pero además, destacó que “se encontraron numerosas conexiones de cloacas al sistema de desagüe pluvial. Y el amoníaco -producto de los desechos de las cloacas- es altamente corrosivo”, apuntó. Además, las bases del suelo “serían de arena de refulado”, lo que favorece el proceso de hundimiento. El primero de los socavamientos ocurrido en diciembre generó un “cráter”, que implicó el desembolso de unos 40 millones de pesos para reparar unos 100 metros de la avenida y se cubre en gran parte con fondos provinciales. Ahora el Municipio evalúa cómo financiar la reparación de la nueva avería y advierte que podría agravarse. “Hay otros 40 metros que están en riesgo”, señaló Flores. La reparación solo podrá comenzar cuando el clima mejore. Se evalúa “sellarlo por dentro”. Asimismo, sostuvo que “la obra que daría solución a todo el problema sería multimillonaria, imposible de financiar. Si para 100 metros cuesta unos 40 millones, sería imposible levantar todo y hacer de nuevo”, evaluó. Otro socavamiento sucedió ayer por la tarde. Se trató de una cloaca, ubicada en Roca y Teniente Ibáñez, que generó una grieta de 90 centímetros. En ese caso, la reparación le correspondería a la empresa concesionaria, Aguas de Corrientes, según dijeron desde el Municipio.
Bases de arena de refulado
“Cuando uno va entrando dentro de la tubería – algo que solo se puede hacer cuando no llueve, porque el conducto está en funcionamiento – se van encontrando las corrosiones en la chapa y van apareciendo los socavamientos. A medida que se fue relevando, se evaluó la posible solución con un refuerzo de sellado por dentro. Y además la construcción de un piso. Esa obra debería implementarse con un acelerador, para que se fragüe lo más rápido posible. El conducto trabaja con presión, no con gravedad. Y la base es gran parte del problema (y de la solución). Está asentada sobre arena de refulado, que se fue encontrando a medida que se comenzó la obra en el primer hundimiento. Pero el barrio no corre el mismo riesgo, porque sus bases de relleno se hicieron con buen material”, fue el diagnóstico de Daniel Flores.
Jueves, 20 de abril de 2017
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