TRABAJO DEL GRUPO BUEN SAMARITANO El frío obliga a intensificar la ayuda para las personas que viven en la calle  Los jóvenes que brindan comida a la gente sin hogar aseguran que los alimentos son más solicitados con las bajas temperaturas. Comenzarán con una colecta de abrigos y frazadas.
Con la llegada del frío, el Grupo Buen Samaritano intensifica el trabajo de brindar comida a las personas en situación de calle. Según comentaron, las bajas temperaturas hacen que el alimento sea más necesario para las personas, y al mismo tiempo comenzarán con el pedido de donación de abrigos. El comienzo del frío en la ciudad coincidió con la etapa de mayor trabajo para los voluntarios del Grupo Buen Samaritano. Se trata de jóvenes pertenecientes a distintas parroquias, que a través de donaciones preparan y brindan comida a las personas que están en situación de calle, en días específicos. “Para conseguir las donaciones trabajamos también a través de otras ONG que nos ayudan, y a parte la parroquia nos sostiene, y los fieles que nos acompañan en toda la actividad”, contó a El Litoral uno de los integrantes del Grupo, Cristian Espíndola. De acuerdo a su experiencia en este trabajo solidario, la llegada de las bajas temperaturas hace que la comida sea más necesaria para la gente que vive en la calle, y por eso la labor se torna más intensa. “Lo que notamos es que las personas en situación de calle por ahí son más porque no sé si rotan o no, pero más por el invierno y el frío. En este tiempo la comida es vital”, remarcó. El trabajo del Grupo, que en el caso de Cristian es el que pertenece a la iglesia San Francisco, consiste en preparar comida en la parroquia los viernes, y luego recorrer calles céntricas para ofrecer el alimento a las personas que estén sin hogar. “También ayudamos a la gente específicamente con remedios, o los visitamos a sus casas cuando se los puede ayudar”, agregó. “Antes de iniciar el recorrido ya tenemos gente en la parroquia que van con sus tapers para buscar la comida, y vienen de barrios alejados como el Pujol, Bañado Norte, Vizcacha o el San Marcos. Ahí entregamos algo y comenzamos el recorrido”, relató el voluntario, quien aclaró que “esto pasó siempre porque se enteran y van”. La caminata empieza en la iglesia por la calle Plácido Martínez, y la idea es llegar hasta la plaza Cabral, yendo por Junín, desde Salta. “A veces llegamos hasta San Juan nomás (yendo por Junín) porque ya nos quedamos sin comida”, comentó.
Campaña para abrigos Además de la comida, el frío hace que la demanda ahora se expanda con el pedido de abrigos o frazadas. Ante la falta de un refugio para la gente que soporta las bajas temperaturas en la calle, una campera significa mucho. “Tenemos mucha demanda de abrigos en este momento del año, y frazadas más que nada. Estamos arrancando con la campaña de las frazadas, e igual coordinamos el trabajo con los grupos de las iglesias Nazareno y Catedral, para ver qué políticas de acción hacer en conjunto para este invierno”, sostuvo Cristian. Para colaborar con los voluntarios con abrigos, frazadas o alimentos, los interesados pueden acercar su ayuda a dos templos. La iglesia “Nuestra Señora de la Merced” es una opción, de 8 a 12 o de 16 a 20, y también a la secretaría parroquial de la San Francisco (de 17 a 19.30), o al Grupo Buen Samaritano de este lugar, los miércoles y viernes de 20 a 22.
Miércoles, 11 de mayo de 2016
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