BOCA CAMPEÓN Arruabarrena, el primer técnico surgido de las inferiores que logró consagrarse en Boca  Aunque los números son muy elogiables, Arruabarrena quedó atascado por las derrotas claves en los Superclásicos y los grandes, además de los títulos de River. Esta corona, clave para recomponer su nexo con los hinchas, que ahora celebran junto al primer DT campeón surgido de las inferiores
Durante los 429 días que lleva como entrenador de Boca, Rodolfo Arruabarrena deberá reprocharse no haber podido entrar de lleno al castigado corazón del hincha. Por culpa de un cóctel que acumula algunas declaraciones difíciles de digerir para la tribuna y ciertos resultados desafortunados, además de contar con la mala fortuna de tener en sus narices la mejor época futbolística de su historia del rival de toda la vida. Éste título llegó para sanar esa grieta.
Lo llamativo de toda esta situación es que las estadísticas son ampliamente favorables: en los 63 partidos oficiales que dirigió desde que empezó en el banco de suplentes de la Bombonera en la 5ª fecha del Torneo de Transición 2014, ganó 43, empato 10 y sólo cayó en 12 ocasiones.
Aunque, claro está, cuando el análisis se aleja de la frialdad de los números, las fisuras comienzan a aparecer. Estuvo presente en siete Superclásicos, quedando afuera de la Copa Sudamericana y Libertadores en ambas ocasiones contra River, que luego se apoderó de las dos competencias.
En total, celebró dos triunfos contra el Millonario y perdió otros dos, empatando en tres ocasiones, si se toma dentro de este conteo el triste choque por la agresión con gas pimienta que obligó a suspender el cotejo y marcó al Vasco en diferentes declaraciones impensadas.
Para colmo, con el único grande que tiene saldo positivo es con Independiente, a quien le ganó una vez y empató la restante, ya que ante San Lorenzo perdió los dos que jugó y frente a Racing cayó dos ocasiones, la última en un juego definitorio.
Mientras tanto, celebra haberse convertido en el primer técnico campeón en la historia de Boca surgido desde las mismas entrañas del club. Pero además, es el séptimo en los 110 años de la entidad que levantó una corona como jugador y técnico –el último había sido el Chino Benítez en 2004–.
Ya con la mira en el futuro, el Vasco planifica su futuro inmediato con la chance de levantar la Copa Argentina y marginar definitivamente lo tortuoso que fue el camino para llegar hasta la meta de la corona.
Lo cierto es que el currículum de Arruabarrena creció exponencialmente durante esta temporada en La Ribera, teniendo en cuenta que debió sobrepasar la previa de las elecciones en el club, domar como pudo el fenómeno Osvaldo, no perder espacio ante el arribo de Carlos Tevez y soportar los desafortunados tragos amargos ante River. Además de tener en cuenta que llegó, sin demasiado consenso, como reemplazante de Carlos Bianchi, quien vivió su peor etapa en el club y fue cesanteado de su cargo.
Entre todas esas turbulencias, se hizo un hueco para afirmar a Jonathan Calleri en Primera y darle espacio a jóvenes, y promisorios, productos del club como Adrián Cubas, Rodrigo Bentancur, Franco Cristaldo, Sebastián Palacios y Cristian Pavón.
El Vasco, un técnico que cierra el año con la espalda ancha y capeando el temporal...
Lunes, 2 de noviembre de 2015
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