DENUNCIA Un cura formoseño teme por su vida ante la ola de robos en su parroquia  Se trata de Hugo Maidana, sacerdote de la parroquia Nuestra Señora de Itatí.Dejó de dormir en la iglesia y se refugió en el domicilio de una de sus hermanas. El párroco Hugo Maidana tiene miedo y ya no duerme en la IglesiaEl párroco Hugo Maidana tiene miedo y ya no duerme en la IglesiaHugo Maidana, párroco de la iglesia Nuestra Señora de Itatí, en Formosa, fue víctima de una serie de robos que lo obligaron a irse a vivir con una de sus hermanas porque "teme por su integridad física". Recordó que sólo este último fin de semana la sede parroquial fue víctima de dos casos de robo.
El sacerdote dijo diálogo con FM Viva que durante la madrugada del sábado delincuentes se llevaron la motocicleta que le había prestado su hermana. El rodado estaba en el interior de la iglesia. Además, robaron un tubo de gas, una olla de 100 litros y otros elementos de cocina, que estaban en la planta baja del edificio.
No conformes con eso, fueron por más y tras trepar por una planta de mango, llegaron hasta el primer piso, recorrieron toda la galería, forzaron varias puertas y se metieron a la casa parroquial de donde se llevaron dos colchones, ropa y mercaderías.
"Tengo el sentimiento de temor y bronca porque en estos últimos cuatro meses ya ingresaron por lo menos seis veces a la parroquia. Pero lo que ocurrió este fin de semana ya es el colmo. Se animaron a entrar al lugar donde duermo, en el primer piso de la sede parroquial. Por suerte no estaba porque por el robo del sábado decidí ir a dormir a la casa de mi hermana porque este lugar es muy inseguro. Yo no quiero ser víctima de estos malvivientes. Me pueden perjudicar a mí. Yo vivo acá. He presentado notas a la Comisaría Cuarta, pero no recibí respuestas en ninguna de las ocasiones anteriores", comentó el sacerdote.
Alertó que los delincuentes cada vez corren más el límite y no respetan ni siquiera al templo parroquial. Según el sacerdote, se trataría de individuos que actúan alcoholizados o bajo los efectos de la droga.
"Siento miedo, temor por mi seguridad física. Mirá si vienen y me encuentran. Estas personas drogadas son un peligro. Después quién se hace cargo de esto. Acá los vecinos hablan de la inseguridad y lo padecemos reiteradas veces nosotros en la parroquia. Avisamos a la Policía por los robos pero no nos hacen caso", señaló.
Sostuvo que en los casi 17 años que lleva como cura en diferentes comunidades de la ciudad capital y comunidades del interior provincial, es la primera vez que le toca vivir una situación de esta naturaleza.
"Siento que estoy en riesgo porque si estas personas que están alcoholizadas o drogadas me encuentran solo, seguramente me van a agredir. Anoche, (por el domingo) fui a dormir a la casa de mi hermana y al regresar esta mañana (por ayer) me encuentro con que subieron a la casa parroquial a robar. No llegaron hasta mi pieza pero sí a las otras habitaciones y se llevaron cuanto pudieron. Lo que molesta es la inseguridad con la que vivimos y la impotencia que genera no poder hacer nada para revertir la situación. Entiendo que esto no lo vivo sólo yo, sino numerosos vecinos de la ciudad y algo hay que hacer porque así no se puede seguir", agregó.
Miércoles, 16 de septiembre de 2015
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