LA RECONSTRUCCIÓN EN SU FASE FINAL Se cumplen tres meses del incendio en el colegio Piragine  Los obreros de Infraestructura Escolar trabajarán durante las vacaciones de invierno. El objetivo principal es terminar el arreglo del salón en donde se originó el foco ígneo. Pasados 90 días del siniestro, las autoridades de la institución consideran que hoy están “mejor que antes del incendio” y que los alumnos sienten “más pertenencia”. Se cumplen hoy tres meses del incendio intencional que afectó al Colegio Secundario Fernando Piragine Niveyro, y los directivos de la institución manifiestan conformidad con la respuesta de la comunidad y de las autoridades, que mostraron su apoyo al colegio desde el primer momento. En la madrugada del viernes 20 de marzo, un incendio intencional destruyó todo el material didáctico, de lectura y administrativo del colegio, debido a que el siniestro se originó en un salón que, a causa de la falta de espacio, era utilizado a la vez como rectoría, secretaría, biblioteca y depósito. A causa del ataque vandálico a la escuela, los alumnos de la institución perdieron dos semanas de clases, y cuando regresaron al edificio escolar, varios cursos debieron juntarse y compartir salones de clases, ya que los arreglos realizados en un primer momento sólo alcanzaron a los salones que estaban alejados del foco del incendio, donde el daño fue tal que se debió reconstruir el techo y las paredes afectadas. “Actualmente tenemos la escuela partida en dos, ya que los salones más afectados están en el centro del edificio”, explicó a El Litoral la vicerrectora de la institución, Adelina Morales. Para subsanar este problema y volver a la normalidad institucional, los obreros de Infraestructura Escolar trabajarán durante las vacaciones de julio, con el objetivo de tener terminada esa parte para cuando los alumnos vuelvan a clases, en la última semana de julio. Se sumará a esos arreglos, la construcción de un playón deportivo en el patio, una ampliación para instalar la rectoría y un techo exterior para conectar el SUM con el edificio principal. “Los arreglos nos dejan más funcionales como escuela. Antes, éramos un pasillo largo con aulas y no teníamos espacio para hacer proyecciones, actos, ni biblioteca”, indicó Morales. Con los arreglos, ahora la escuela cuenta con un salón para su biblioteca, que actualmente está conformada por muchos libros, gracias a la solidaridad de la comunidad. Con respecto al trabajo institucional que se realizó con los alumnos luego del siniestro, Morales expresó: “Los alumnos comprendieron que lo que ocurrió afectó terriblemente a la comunidad. Ellos manifestaron su disgusto con lo que pasó por todos los medios posibles. Hoy tienen una actitud más colaborativa y expresan un sentido de pertenencia a la escuela mucho mayor”, finalizó la docente.
Sábado, 20 de junio de 2015
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