INTERNADA EN EL HOSPITAL ESCUELA Una mujer que es Testigo de Jehová no puede ser operada y abrió un debate  El jueves Mercedes Pucheta fue embestida a metros del hospital. Su voluntad de no ser transfundida impide tratamiento. Está grave. Los médicos se enfrentan a un desafío especial al tratar a Testigos de Jehová. Los miembros de este culto tienen profundas convicciones religiosas en contra de aceptar sangre, glóbulos rojos empaquetados, glóbulos blancos o plaquetas en transfusiones homólogas o autólogas. El caso de Mercedes Pucheta, una vendedora de pan, ambulante, de 50 años, que el jueves por la mañana fue embestida por una camioneta en la esquina de Mendoza y 3 de Abril, vuelve a poner el tema de relieve. Si bien sus hijos manifestaron la voluntad de que la mujer sea operada, pero sin recibir sangre, una presentación judicial realizada por parte de miembros de la religión en la que Pucheta expresa ante escribano su negativa a ser transfundida impidió que el viernes se realice la intervención quirúrgica de alto riego. En contacto con este medio, el director del hospital Escuela, Alfredo Revidatti, explicó que la situación es límite. Pucheta ingresó en estado grave y debía ser intervenida en la jornada del viernes, pero la presentación judicial por parte de miembros de los Testigos de Jehová, en la que se remarca la voluntad de la mujer de no recibir sangre, pero sí otras sustancias, impidió la intervención, dijo Revidatti. La intervención de alto riesgo incluía que la mujer recibiera sangre para salvar su vida. Los médicos aseguraron que era imposible realizar el acto quirúrgico en tales condiciones, especificó el titular del hospital. Mientras Mercedes lucha por su vida, vuelve a despertase el debate sobre este tipo de casos en donde una voluntad deja sin chances de vida a una persona. La verdad es que nunca me tocó un caso de similares características, es realmente lamentable, porque la cirugía realizada a tiempo y en las condiciones normales, hubiera salvado la vida de la paciente que actualmente se encuentra en un estado irreversible, sintetizó Revidatti. Los médicos se enfrentan a un desafío creciente, que es una importante cuestión de salud. En los Estados Unidos hay más de medio millón de testigos de Jehová, y estos no aceptan transfusiones de sangre. La cantidad de miembros de ese culto y de los que se asocian con ellos está aumentando. En contacto con este medio, Emanuel Pucheta, uno de los cuatro hijos de la mujer, insistió en que la negligencia se dio desde la dirección del hospital, ya que en la tarde del viernes se presentaron los argumentos necesarios para que su madre sea intervenida. Desde un principio entendí la gravedad del asunto, por eso se presentaron todos los papeles que permitían que mi mamá sea operada, pero no tuve respuestas por parte de los directivos del hospital, dijo Emanuel. En tanto, desde el nosocomio el doctor Alfredo Revidatti salió a defenderse de los cuestionamientos indicando: Esta es una cuestión de índole personal y religiosa, en la que los médicos no podemos proceder. Hay que entender que una operación de cabeza es una de las de mayor riesgo de sangrado que existen y, por ende, se necesita de la transfusión de sangre. Nosotros teníamos todo listo para la cirugía ayer, pero con el impedimento en mano no podíamos hacerlo y ningún neurocirujano pueden operar en estas condiciones, indicó Revidatti.
Domingo, 31 de mayo de 2015
|