CUESTIONAN DESINFORMACIÓN DEL BANCO ANTE TRÁMITES Crónica de una espera en el banco y un método ya agotado: las largas colas .jpg) Por Mónica Pared Eran las 1:30 horas de la madrugada del viernes 27 de marzo, madrugada de una intensa llovizna y frío. Allí estábamos en una larga cola en las afueras del Banco Corrientes de esta Ciudad Capital, ubicado precisamente en Teniente Ibáñez 18 20. Hombres, mujeres, mayores y niños aguardábamos por un turno bajo ese cielo que lloraba constantemente. Considero que más de una vez hemos visto por televisión o en fotos de los diarios, las imágenes de esas colas interminables en los bancos, en los hospitales y en cualquier otro organismo sobre todo públicos, y decimos “pobre gente” pero lo que no sabemos son las dificultades y las historias que portan cada una de ellas. Entonces llegó esa madrugada donde “en mi propio cuero” como se dice, me tocó estar ahí con ellos, palpar esa experiencia agotadora y por algún motivo “injusta”. Injusta por la larga espera en condiciones de mal tiempo, viendo niños dormir en brazos de sus padres cansados y ubicados bajo un angosto techo en plena madrugada. Esta realidad es totalmente inaceptable, conociendo los avances tecnológicos y de sistemas de gestión, que se tenga que seguir con este método de vieja data.
Tras las más de cinco horas de espera en la llovizna y con el frío que se intensificó por el descampado frente al banco, la gente comenzó a acomodarse para ingresar al banco. Allí aparecieron los “colados”, personas que “mandan a guardar un lugar” pero en vez de una se suman dos, tres y hasta cinco personas en dichos lugares y perjudican a los demás que velaron por un puesto toda la madrugada. Es en ese momento, cercano a la hora de apertura del banco donde se producen las oídas y a vivirse un clima de tensión y reclamo. Minutos antes de las 7 de la mañana, aparecieron tres policías y empezaron a repartir los números en medio de la desorganización de la cola. Un hombre que estuvo aguardando desde las 12 de la noche, para su sorpresa le tocó el número 50. Con sus ojos agotados y sus cabellos húmedos por la llovizna que no dio tregua, se resignó a seguir esperando.
Una señora ubicada más atrás protestó porque “sólo vino a cobrar” y no le dieron número, a lo que una policía le explica que los números son para los que tramitan tarjeta o registro de firma de la Asignación Universal por Hijo. Nuevamente la desinformación y la desorganización generan malestar. Al ir ingresando al banco, otro policía ubica en una fila de sillas a las personas que están por la Asignación o registro de firmas, y los que cobran continúan su camino hacia las ventanillas de cobro, también en una larga cola.
Para el resto de los trámites, sólo cuatro personas reciben los papeles para la tarjeta o firma y allí la espera se prolonga cinco horas más. Una madre con sus dos pequeñas de 2 y 7 años, oriundas de Caá Catí, nos contó la odisea que vivió desde hace semanas, con idas y vueltas, que siempre le falta un papel y era la tercera vez que hacía cola y se trasladaba a Capital por el tema de la firma. Ya había perdido la combi de las 10 de la mañana y tenía que volver en colectivo a las 13 horas. Fue atendida a las 12 del mediodía. Otra madre que esperó con su hijita de 1 año y 3 meses y venía del barrio Quilmes, comentó que ya había solicitado en febrero su tarjeta pero le dijeron que debía tramitar de nuevo porque no le dieron la constancia. Para su suerte, al llegar a la mesa de atención le entregaron finalmente su tarjeta. Para ello esperó más de seis horas en la cola.
Así un sinnúmero de vivencias se pueden escuchar en una jornada de trasnoche y espera que dura toda la mañana. Otra mujer, madre de una beba de 2 años que vive en un barrio cercano al Campus Universitario, tuvo que dejar a su niña a cargo de su madre e instalarse en la cola a las 1 de la mañana para ser atendida finalmente a las 11:30 horas. No se puede dejar de mencionar las muchas madres que hicieron la cola con sus hijos en brazos ante la imposibilidad de dejarlos al cuidado de otra persona.
Estas y otras experiencias de trajinar, amanecer y esperar por un turno para hacer una tarjeta o para registrar una firma se vuelve una odisea, una molestia y muchas veces se traduce en “el juego con la gente”, ya que no informan como se debe con avisos en los lugares de cobro. Un gran porcentaje de las beneficiarias de la Asignación no conocían esta información de que se decidió la total bancarización de las cuentas. Es decir, que se hagan las tarjetas de débitos para no cobrar más por ventanilla. Finalmente y ante una consulta particular, en el banco informaron que este trámite se extenderá a todo el mes de abril pero con igual metodología de entrega de turnos. Es decir, las amanecidas continuarán en las afueras del Banco Corrientes.
Foto de El Litoral
Lunes, 30 de marzo de 2015
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