ITUZAINGO Un intendente, sorprendido utilizando bienes oficiales para una obra privada  Se trata del jefe comunal de Ituzaingó, Oscar Piñón, quien mandó un vehículo con personal municipal a comprar materiales a la ciudad de Posadas, para una construcción en su propia casa. Sábado 19, cerca del mediodía. Una camioneta de la Municipalidad de Ituzaingó, conducida por personal municipal y arrastrando un tráiler de transporte de los que la Agencia Nacional de Seguridad Vial cede a los Municipios para el traslado de vehículos que son retirados de la vía publica, pero en este caso cargado de aberturas de aluminio y materiales de construcción ingresa a Ituzaingó desde la ruta nacional 12 rumbo al centro de la ciudad. No son pocos los que ven la escena. Algunos, más desinformados que otros, se preguntan qué obra estarán haciendo en la Municipalidad de Ituzaingó. Nadie sabe responder el interrogante porque, en rigor de verdad, no se está haciendo ninguna obra en dependencias municipales de Ituzaingó. El misterio se devela poco después, cuando la camioneta estaciona frente a la casa del mismísimo intendente Oscar Piñón y los materiales y las aberturas de aluminio comienzan a ser bajadas por personal municipal. Ahí es la obra, en la casa del jefe comunal. Muchos se preguntan cómo puede ser esto. Otros más osados sacan sus teléfonos y toman fotos indignados. La noticia recorre Ituzaingó como reguero de pólvora. Piñón, no el payaso cordobés sino el intendente de Ituzaingó, utilizó la camioneta de la Municipalidad, el tráiler de la Agencia de Seguridad Vial, el combustible de la Municipalidad y hasta al personal de la Municipalidad para mandarlos a comprar materiales a la ciudad de Posadas para una obra de remodelación de su casa particular. ¿Habrá también la Municipalidad pagado los materiales? Eso deberán investigarlo ahora los concejales y la Justicia. Lo cierto es que el vehículo en cuestión, de acuerdo con lo que pudo saber La República, compró los materiales en el corralón Los Amigos, de la ciudad de Posadas, donde al parecer hay mejor precio que en los corralones de Ituzaingó y donde tal vez una operación comercial de ese porte no hubiera quedado en silencio. “Esto no es solo una estafa al erario público de parte de este pillo disfrazado de intendente que intentó incluso cobrar dos sueldos a la vez, sino que es una burla, una tomada de pelo, el creer que los ituzaingueños somos idiotas”, le dijo un vecino a La República antes de ceder gentilmente la fotografía que testifica el delito en el que incurrió el intendente Piñón. La cuestión está en manos de los concejales y de la fiscales, que pueden obviamente actuar de oficio.
Martes, 22 de agosto de 2017
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