FINALIZO AYER UNA EDICION MAS DE LA PROPUESTA EN EL PARQUE MITRE La venta de comida, el punto alto de las Ferias Francas como paseo de vacaciones  Las familias aprovecharon el espacio para disfrutar los últimos días del receso invernal y optaron por priorizar el gasto en alimentos. Calculan desembolsos de no más de 200 pesos. Desde hace 18 años, las Ferias Francas se erigen en la ciudad como una propuesta económica a la hora de conseguir productos tanto alimenticios como de otras índoles, como artesanías y plantas que los pequeños productores acercan del interior. Se trata de un intercambio valioso para las dos partes: conseguir cosas a buen precio, y vender un poco más que en otros días comunes. Sin embargo, el contexto económico advierte hace tiempo un movimiento comercial minorista “amesetado”, producto de la dificultad para consumir por parte de los compradores, y que deriva en una cadena que termina perjudicando mayormente a las Pymes. Este panorama parece haberse trasladado a nivel micro en el parque Mitre durante las Ferias Francas que se realizaron entre ayer y el sábado: en otras ediciones había horarios en los que era imposible trasladarse en los pasillos formados entre stand y stand a causa del movimiento de gente; y ayer los mismos recorridos parecían amplios boulevards rodeados de artesanías y plantas. En materia de compras, se notó mucha presencia de familias, quienes aprovecharon la estadía en el parque para pegarse una vuelta y ver ofertas. Salir con niños casi siempre implica gastos de más, y por ello, la salida más rápida es convencer a los pequeños con alguna comida rápida, jugo o ensalada de frutas que ofrecían en el lugar. “Por lo menos nosotros, los que vendemos comida, podemos decir que tuvimos unas buenas jornadas entre ayer y hoy. La gente viene a buscar comida hecha porque está más barata”, comentó Sandra a El Litoral, quien es integrante de la Cooperativa Virgen de Luján. Según detalló, lo más comercializado en su puesto fueron los panes saborizados y los pastelitos de queso, siendo 60 pesos el valor de estos últimos. “Si tenemos que hacer un promedio del gasto que hacen las personas en nuestro stand, podemos decir que no compran por más de 200 pesos”, agregó. El hecho de que la gastronomía haya sido uno de los puntos altos para las Ferias no es casual, ya que de acuerdo al testimonio de algunos feriantes, para este año hubo una organización especial en esta materia. Sí se puede tomar como fortuito, en cambio, la presencia de altas temperaturas en estos días, que favorecieron a la ingesta de bebidas (ver recuadro). “Este año nos fue espectacular con el patio de comidas, porque nos organizamos mejor y vimos la necesidad de mejorar ciertos aspectos, como la disposición de las mesas y la atención a la gente. Ahora no hay filas y está todo más organizado”, contó María Esther, quien era parte de un puesto de comidas oriundo de Itatí. En este stand se podía encontrar una variada gama de opciones culinarias, conformando los extremos de este abanico los chipacueritos por un lado, y el asado por el otro. “Lo que más vendimos por ahora es el lechón, y también las empanadas, que están 100 pesos la docena”, detalló María Esther. Para los que buscaban opciones más sanas, recorriendo más adelante se podían encontrar con los puestos de frutas y verduras. Además de los feriantes del interior, aquí también se destacaban los de la ciudad, que habitualmente ofrecen sus productos en los Mercados Municipales. De los testimonios de estos stands se pudo dilucidar que la venta estuvo regular, y quizás no al nivel de ediciones anteriores. “La venta estuvo más o menos en estos dos días, dependía mucho del producto también: el zapallo, por ejemplo, no se vendió casi nada, y otras cosas sí, como la harina”, contó Marcelo, pequeño productor de Colonia Pando.
Lunes, 31 de julio de 2017
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