ELECCIONES 2015 El vice de Cristina Kirchner, el plus que necesitaba Daniel Scioli  La designación de Carlos Zannini como compañero de fórmula del gobernador bonaerense parece ser negocio para las dos partes. "La lapicera la tienen Zannini y De Pedro", reconocía el sciolismo con absoluta franqueza cada vez que se hablaba del armado electoral. Durante meses, una y otra vez admitieron que las decisiones fuertes, entre ellas la elección del compañero de fórmula de Daniel Scioli, estaban supeditadas a lo que dispusiera Cristina Kirchner. Era adaptarse a la voluntad presidencial o arriesgarse a pelear contra el aparato partidario del Frente para la Victoria.
El tiempo pasó y nada de eso cambió. La lectura de la designación de Carlos Zannini como candidato a vicepresidente debe hacerse en línea con esa cadena de mando que desde hace tiempo condiciona los movimientos de la ola naranja. La decisión la tomó la jefa de Estado, aunque esta vez haya tenido la delicadeza de ceder el centro de la escena mediática para que el Gobernador anunciara públicamente que habían consensuado quién será la persona que lo acompañará en la carrera hacia la Casa Rosada.
Es cierto que hubo charlas previas para despejar la incógnita sobre el compañero de fórmula, pero es imposible sostener que fue una sugerencia de Scioli la que dinamitó la estrategia electoral de la mesa chica kirchnerista, al punto de convencer a sus integrantes de que lo mejor era ungirlo como el único candidato presidencial del FpV. El propio Zannini, un especialista en la construcción del mensaje, proclamó que había aceptado con orgullo "el pedido de la Presidente".
En todo caso, el factor que impulsó la decisión de ponerle punto final a la postulación de Florencio Randazzo fueron los números de las encuestas, que se teñían de naranja al indicar cuál era la opción más confiable para ganar en octubre.
El Gobernador bonaerense no tuvo problema en dar otra prueba de lealtad al proyecto nacional y popular y apeló una vez más al optimismo para ver el lado positivo de la realidad: dejó para otro momento el análisis de las dificultades que pueden surgir de la convivencia con un experimentado operador político como Zannini; hoy prefiere hacer foco en que la compañía del estratega kirchnerista es un atajo hacia la Casa Rosada: le evitó afrontar una interna partidaria que se había vuelto desgastante, lo dotará del poder de fuego del aparato kirchnerista y le sumará el voto militante que se le resistía. En definitiva, entiende que le aporta el plus que necesitaba para materializar su sueño (obsesión) de ser Presidente.
En el sciolismo se ilusionan porque creen que "están dadas las condiciones para ganar en primera vuelta", pero contienen la euforia y caminan en puntas de pie: la orden es "no correrse ni una coma" de lo que diga el líder del espacio y por eso se limitan a replicar textualmente las frases que pronuncia el mandatario provincial, quien definió a su flamante compañero de fórmula como "un hombre de reconocida inteligencia que ha sido el redactor de grandes avances".
La baja de Randazzo fue tomada con algarabía, aunque la satisfacción se expresa con mesura. "El proyecto colectivo lo ponía en otro lugar, pero no lo entendió", dicen hoy con la tranquilidad de saber que Scioli no tendrá que desgastarse en una interna partidaria en la que –asumían- iban a tener que pelear contra el aparato kirchnerista.
Por estas horas trabajan en "la reorganización del espacio" (ayer hubo una larga reunión para coordinar movimientos y unificar el mensaje), ultiman los detalles del armado de la boleta "Lista 2 - Néstor Kirchner" con la que irá a elecciones la fórmula Scioli-Zannini, y se mueven con la orden explícita de contener la euforia de los dirigentes más verborrágicos.
"Marquemos a los nuestros", suelen decir en off algunos de sus referentes cada vez que alguien expresa en los medios de comunicación algo que puede sonar inconveniente a los oídos de Cristina Kirchner. Ahora deberán ser más cuidadosos que nunca, porque tendrán que convivir con un marcador experimentado: Carlos "El Chino" Zannini se subió a la ola naranja para garantizar la continuidad del proyecto nacional y popular. El vice que quería Cristina, el plus que necesitaba Scioli.
Jueves, 18 de junio de 2015
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